Resumen

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) es una condición compleja cuyo tratamiento actual se centra principalmente en suprimir la respuesta inmunitaria. Sin embargo, este enfoque conlleva riesgos considerables y efectos secundarios no deseados. Además, la eficacia de estas terapias sigue siendo incompleta, lo que ha despertado el interés por buscar tratamientos alternativos. Históricamente, las intervenciones centradas en la dieta y el estilo de vida no han recibido el mismo nivel de inversión que la investigación farmacológica. No obstante, con el auge de los estudios sobre la microbiota y el respaldo de datos metagenómicos y análisis avanzados a través de la Inteligencia Artificial (IA), esta perspectiva está cambiando. Es cada vez más evidente que factores como la dieta, la actividad física, el control del estrés y los patrones de sueño influyen en la composición de la microbiota intestinal y, por ende, en la respuesta inmunitaria. Esta relación puede jugar un papel crucial en la progresión y el tratamiento de la EII.


Hipótesis de Investigación


Este proyecto busca evaluar el impacto de intervenciones dietéticas y de estilo de vida, enfocándose en promover una ingesta diaria diversa de alimentos ricos en fibras vegetales, probióticos, compuestos bioactivos, vitaminas y minerales. Sostenemos que esta diversidad dietética puede remodelar las poblaciones bacterianas intestinales de pacientes con Colitis Ulcerosa (CU). Esta modificación podría mitigar las respuestas inflamatorias y potenciar la producción de compuestos antiinflamatorios en el intestino. Con estos cambios en la microbiota y en las respuestas inmunológicas asociadas, aspiramos a disminuir la frecuencia y gravedad de los brotes de CU. Esta hipótesis se refuerza con la experiencia de uno de nuestros investigadores que, durante 30 años de convivencia con la CU, ha observado los beneficios de mantener una dieta equilibrada y un régimen activo, llegando incluso a participar en maratones y practicar alpinismo.


Fase 1


Para validar nuestra hipótesis, la primera fase profundizará en cómo influyen la dieta y el estilo de vida en la composición de la microbiota y el sistema inmunitario. En colaboración con seis centros hospitalarios de varias ciudades, reclutaremos a 72 pacientes con CU (en remisión) y a 72 voluntarios sanos para nuestro grupo de control. Durante un periodo de 30 días consecutivos, documentaremos sus hábitos alimentarios y su estilo de vida. Se empleará secuenciación metagenómica para análisis de las heces, junto con análisis de sangre. Estos datos permitirán realizar análisis computacionales para discernir las correlaciones entre la dieta, la diversidad de la microbiota intestinal y otros biomarcadores, haciendo hincapié en los contrastes entre los grupos de CU y de control.


Fase 2


En esta fase, los mismos participantes serán sometidos a una intervención integral. Realizaremos un seguimiento completo de su ingesta de alimentos, actividad física, patrones de sueño y técnicas de gestión del estrés durante otros 30 días. Tras la intervención, volveremos a evaluar los biomarcadores, de forma similar a la fase 1. El análisis comparativo de los datos previos y posteriores a la intervención pretende extraer conclusiones fundamentales del proyecto. Nuestro objetivo principal es descubrir pruebas científicas que validen cómo un enfoque integral de la dieta y el estilo de vida puede recalibrar la microbiota y el sistema inmunitario. Este cambio puede mejorar el tratamiento de la CU, aumentar la calidad de vida de los pacientes y reducir los costes médicos asociados.